Lo que estamos presenciando, nada tiene que ver con lo que sus sucias mentes de seguro estarán pensando, en realidad es este un antíguo ritual de aceptación, para dar a conocer que el querido Sporty por fin encontró quien comparta su lecho; algunos recordarán al buen Edoardo (no es Eduardo, es Edoardo), quien tras una larga sesión de nalgadas con Sporty, decidieron acercarse al comité administrativo de La Madriguera y hacernos partícipes de su unión.
Dicho sea de paso, Sporty, qué bien te está haciendo esto de correr por las mañanas.
Que sean muy felices, se lo merecen!